El maravilloso guitarrista griego Kostas Karamitroudis, más conocido como Gus G., grabó unas cuantas demos entre 1999 y 2002 para darse a conocer por los EE.UU.
Quiso el destino que esas grabaciones llegaran a manos (y oídos) del maestro David T. Chastain que, como no podía ser de otro modo, se percató de todo el potencial del joven guitarrista heleno.
Así fue como en 2002 nacía casi sin haberlo pretendido Firewind, el proyecto principal de Gus G., que compaginaba por aquel entonces con colaboraciones en Dream Evil y Mystic Prophecy. La formación que grabó este primer larga duración fue, además del amigo Gus en guitarra y teclados, Stephen Fredrik, un viejo conocido, a las voces; Kostas Exharakis al bajo y Brian Harris a la batería.
El proyecto cuajó gracias a su impresionante calidad y sigue a día de hoy vivo y con buena salud, siendo todos los componentes actuales excepto el batería de origen griego.Debo confesar que este Gus G. me parece uno de los guitarristas más sobresalientes de la actualidad, pues tal y como comentaba su "padrino" Chastain, posee el "toque mágico" y sabe combinar la agresividad y la melodía, además de tener una técnica sencillamente impresionante, como demuestra en el par de temas instrumentales que contiene este disco, potente y muy sólido, de puro y auténtico metal, en algunos momentos me han venido a la mente los primeros trabajos de Dio en solitario, quizá por alguna de las melodías, no sé.
Este es un trabajo de los que encienden y mantienen viva la llama del Metal en todos y cada uno de los temas, todos ellos de impecable factura.
El nacimiento de una banda a la que debemos admirar y alabar todos los que amamos esta música.
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