8 de julio de 2022

DEATHWISH - DEMON PREACHER (1988)

 




El segundo y, desgraciadamente, último larga duración publicado por esta fenomenal banda británica liderada por el impresionante hacha Dave Brunt. Si con su debut de un año antes, At The Edge Of Damnation ya avisaban seriamente de su capacidad de romper pescuezos a diestro y, sobre todo, siniestro, con 'Demon Preacher' confirmaban las expectativas. 
La misma violencia desatada, la misma mala baba rezumando por doquier, pero todo servido con más 'empaque', con más solidez y más agresividad incluso. Dave Brunt se explaya y nos obsequia con un clinic de tremebundos riffs y, sobre todo, unos solos imaginativos y verdaderamente geniales. Escucha el de 'Wall Of Lies', por ejemplo, y dime si no está a la altura de un Hammett o un Kerry King, y presta mucha atención a 'Prey To The Lord', épico temazo. Al vocalista Jon Van Doorn, el típico voceras que nunca pasaría una prueba en el conservatorio, pero que sabe como erizarte los vellos, también se le aprecia más suelto, utilizando más registros, y mucho ojito con la batería de Brad Sims, sencillamente perfecta, de una contundencia, precisión e imaginación envidiables. Stuart Ranger, el bajista, sólo figura en los créditos, pues en la grabación el propio Dave se hace cargo de las 4 cuerdas, lo cual no desmejora para nada el resultado final. Desde la impresionante intro, 'Death Procession', que ya nos sumerge en la misma atmósfera enrarecida y malévola de su anterior trabajo, hasta la sorprendente coda final, 'Past Life', donde Brunt nos demuestra su formación clásica a la guitarra con una pieza acústica, Deathwish vuelven  a arrearnos una buena dosis de ese Thrash desbocado y salvaje combinado y enriquecido con las influencias lógicas del Heavy Metal más tradicional, incluso con algún momento 'Doom', donde se entremezclan los más violentos pasajes con melodías más 'tradicionales', como nos demuestran con su perfecta versión del 'Symptom Of The Universe' de los Dioses Black Sabbath. Peligroso manosear piedras preciosas, pero Deathwish saben cómo hacerlo. En este álbum se notan menos las influencias de Venom o Motorhead, pero sólo para ir encontrando su propio sonido y personalidad, aunque al final la sangre no llegó al río... Otra gran banda que se desvaneció sin más. Un epitafio de lujo para una banda de culto. 




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