31 de enero de 2020

YNGWIE MALMSTEEN - ECLIPSE (1990)





Tras el éxito comercial alcanzado dos años antes con 'Odissey', parece que Yngwie quedó tan satisfecho que quiso repetir fórmula. Cocinar la misma receta, pero con diferentes ingredientes,
porque la marcha de Joe Lynn Turner y de los hermanos Johanssen dejó un inmenso vacío difícil de cubrir. 
Tal vez por ese motivo el nombre de 'Rising Force' fue desechado, dejando el crédito en simplemente Yngwie Malmsteen, Por lo cual podríamos considerar 'Eclipse' algo así como 'el primer disco en solitario de Yngwie'. 
Aunque si algo hay en Suecia son buenos músicos y el maestro recurrió a cuatro compatriotas para dar forma a 'Eclipse'. El vocalista Goran Edman, el bajista Svante Henryson, el teclista Mats Olausson (R.I.P.) y el batería Michael Von Knorring. 

Y todos ellos, cómo no, de excelente nivelazo, aunque sólo Olausson tiene ocasión de lucirse ('See You In Hell '), limitándose el resto a tocar 'en la sombra'. Incluso el llamado 'Frontman', Goran Edman, queda eclipsado (je...) por la arrolladora presencia del jefazo. Turner y los Johanssen eran otra cosa, de ahí mi impresión de que fue a partir de este disco que Yngwie abandonó la idea de intentar montar una banda 'real' para limitarse a alquilar buenos músicos que le respaldaran en su proyecto personal. 

En este su quinto trabajo ya de estudio, Yngwie nos muestra su lado más melódico, como digo, en la onda de lo que hizo en su trabajo anterior, ahondando en ese estilo en que se sentía cómodo, de perfecto balance entre comercialidad, tralla y virtuosismo. 

Las carreras infernales por el mástil de la Stratocaster a las que ya nos tenía acostumbrados adquieren ya definitivamente una técnica perfecta, insuperable, si no lo habían hecho ya. Con todos sus matices y detalles. No dudas a este respecto. 
Y las composiciones poseen todas un exquisito gusto en todos los sentidos y un regusto melódico delicioso
. Un disco típico del Dios escandinavo de las seis cuerdas con todas sus características presentes. Predominan los medios tiempos ('Devil In Disguise, Judas' 'Faultline'...) , pero no falta ni la balada, ('Save our Love'), ni la instrumental, homónima que sirve de majestuoso colofón de la obra, ni las arrancadas furiosas ('Demon Driver', 'See You In Hell', Motherless Child'...).



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