El tercer lanzamiento de una de las bandas más significativas de la historia.
Pioneros y, para muchos, creadores e inventores del auténtico Heavy Metal tal y como lo conocemos hoy en dia.
Sea o no esto cierto, lo que si es indiscutible es la enorme influencia e impacto que Judas Priest causaron, y que tienen su página escrita con letras de oro en la historia de esta música.
Y todo comenzó a tomar forma con este disco, tras dos "ejercicios de calentamiento", como fueron "Rocka Rolla" en 1974 y "Sad Wings Of Destiny" en 1976.
En "Sin After Sin", Halford, Downing, Tipton, Hill y Simon Phillips (que sustituyó a Alan Moore en la batería, aunque sólo para la grabación de este álbum) suben el tono y añaden ese punto de agresividad que sentaría las bases para el futuro, alejándose de las influencias del Blues en que se habían basado los "dioses" hasta ese momento, como Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple, etc, provocando con sus duelos incendiarios del mejor tándem de guitarras de la historia y la aceleración de los ritmos en algunos temas que el Heavy Metal comenzase a crecer y a tomar forma.
Temas entre los que hay auténticos himnos como "Sinner" o la versión del "Diamonds And Rust" de Joan Baez. La producción, por cierto, a cargo de Roger Glover, ayudó sin duda a conseguir ese resultado.
De aquí en adelante, Judas Priest no hicieron más que subir como la espuma, y fueron ( y son aún hoy día) el espejo en que se miraron cientos de jóvenes músicos, famosos y anónimos, que aprovecharon la brecha abierta por el quinteto de Birmingham.
Remasterizado y con dos temas extra: "Race With The Devil" y "Jawbreaker", éste último en vivo.
"...SACRIFICE TO VICE OR DIE BY THE HAND OF THE SINNER!!!..."
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