El primer trabajo publicado por el 'madman' tras la ruptura con Black Sabbath, con los que había tocado techo ( y fondo) en la década de los 70. Un auténtico clásico, un disco simplemente imprescindible. Con Randy Rhoads (irreparable pérdida) realizando una labor impecable en las guitarras , junto a Bob Daisley en el bajo y Lee Kerslake (ex-Uriah Heep) a la batería, todos colaborando en la composición y producción de los temas. Esta fue sin duda una de las épocas más felices del excéntrico Ozzy tanto a nivel personal, ya que conocer a Randy y formar este grupo para este álbum le ayudó a salir de la depresión en que se hallaba sumido tras la separación de Black Sabbath (provocada en parte por el abuso de sustancias 'raras') como musical; me atrevería a decir que si no el mejor, es uno de los mejores trabajos de toda su carrera, ayudado como digo por los buenísimos músicos que reclutó. Desde el inicio hasta el final el disco no tiene ni un sólo punto débil, escucha los riffs de Crazy Train, I Don'tKnow o Suicide Solution, la grandísima Mr. Crowley, con unos solos magistrales de Randy y una buenísima intro de teclados a cargo de Don Airey, la caña rockera que destilan No Bone Movies, Steal Away (the night), la emotiva Revelation (Mother Earth), o la preciosa balada Goodbye to Romance... Sencillamente, un disco maravilloso.
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