A diferencia de Nueva York o California, Texas no es tan conocido por sus bandas de thrash metal. Sin embargo, han habido algunas extraordinarias bandas de culto semi-clandestinas como Rigor Mortis, Watchtower y Gammacide que surgieron de ese estado.
Casi con toda seguridad cualquier buen fan sobre todo del buen Thrash de la vieja escuela habrá oído hablar de Gammacide, pero seguramente muy pocos lo habrán catado.
Y es que, por desgracia, su discografía es sorprendentemente escasa, pese a haber sido una banda que se movió muy activamente por el circuito 'underground' con cierta relevancia.
"Victims of Science", su primer y último L.P., se lanzó originalmente en 1989 con solo nueve canciones. Las pistas 10 a 14 son de una demo de 1991 que aparentemente nunca se públicó, sino que sólo se distribuyó entre la prensa y compañías discográficas. Las dos últimas pistas continúan el asalto thrash. Estas pistas se grabaron en 2004, pero fueron escritas originalmente por la banda en 1992.
Y bien, musicalmente, como se ha dicho, Gammacide practicaban ese Thrash Metal 'old school' desbocado, frenético, hiperactivo, nervioso, violento y acelerado al máximo, pudiendo traer a la mente a Slayer, Dark Angel, los primeros Kreator o Sepultura...por poner algún ejemplo.
Una verdadera máquina de escupir rotundos riffs con bestialidad salvaje, siempre a toda pastilla, bordeando la frontera del Death Metal a ratos (Gutter Rats, Sex Cult) , con cambios de ritmo sorprendentes, y lo más importante, ejecutados con una solvencia indudable.
Gammacide no tenían absolutamente nada que envidiar a nadie dentro del género, porque tenían todos los ingredientes necesarios para fabricar un Thrash Metal corrosivo como pocos.
Y, ¿cómo es posible que uno de los álbumes de Thrash metal más cafres de la historia se pase por alto o incluso casi se olvide?. No lo sé, pero es el caso de Gammacide con su único álbum. El período del Thrash estaba un poco en crisis por las bandas recién nacidas de death y grind, pero esto no les importó y mantuvieron alta la bandera del Thrash más puro.
El poder de esta banda es increíble.
Los riffs de guitarra (esencia misma del buen Thrash) y la batería son las dos primeras cosas que de inmediato y hasta el final te atrapan por el pescuezo, sacudiéndote la cabeza sin remisión.
La percusión (Jamey Milford) es precisa, contundente, furiosa y veloz. Los explosivos ritmos fluyen en un campo minado de guitarras crujientes, insanamente distorsionadas (Rick Perry y Scott Shelby), sostenidas por su impulso sísmico, grandioso cuando se centra en el doble bombo, desatando el infierno.
Los solos son lo suficientemente buenos, de nuevo yendo al grano, sin ornamentos superfluos, en su típico estilo de trémolo y destripe guitarrero.
El bajista Eric Roy (R.I.P.) se mantiene en un segundo plano, aunque su presencia es palpable, cumpliendo a la perfección su rol de estructura de hormigón armado, con algún que otro momento brillante.
Las voces (Varnam Ponville, a quien Eric Roy y Rick Perry, que formaban el germen de la banda, conocieron en un concierto de Rigor Mortis) no son nada del otro mundo, nada extraordinario, pero poseen la furia y la rabia necesarias. Dado que no es este un estilo en el que los cantantes puedan lucirse excesivamente, Ponville desempeña su papel con soltura, convicción y seguridad.
Generalmente las canciones no son demasiado largas, tampoco excesivamente cortas, en la media de los 4 minutos, por lo que no puedes aburrirte porque el impacto, cuando se concentra en una pequeña área, es aún más devastador.
Resumiendo, 'Victims Of Science' es una pequeña joya para aquellos que quieran experimentar el placer del Thrash total y sin compromisos, y que esté dispuesto a recibir un ataque sónico de extrema magnitud.
Tremendo, brutal.
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