Tengo entendido que en los diccionarios enciclopédicos del mundo, junto a la definición de Heavy Metal, figura una foto de los Cage como ilustración. Y en la derivación 'discos de heavy metal', Hell Destroyer es puesto como ejemplo palmario. Y en una relación medianamente completa de 'mejores discos conceptuales', también.
La primera palabra que me vino a la mente tras escucharlo fue 'denso'.
Confieso que hasta para un 'metalhead' curtido en mil batallas como este que escribe, digerir 'Hell Destroyer' de una sentada es una tarea muy ardua. Heavy Metal de cuero y tachas de principio a fin. 21 temas nada menos, aunque en realidad se quedan en 14, ya que el resto son interludios narrativos ideados para dar continuidad a la historia.
Lo que nos sucede a los hispanohablantes, o al menos a los que no tenemos el inglés como lengua nativa, es que solemos, naturalmente, dar menos importancia a las letras que a la música ya que no entendemos un carajo.
Pero con 'Hell Destroyer', eso carece de importancia, pues está concebido de tal manera que se pueden escuchar los temas sueltos, individualmente, sin perder un ápice de sentido, o bien cogerte las letras y escucharlo de una tirada siguiendo la trama.
En todo caso, se trata de una obra realmente majestuosa en toda su grandeza.
Sean Peck (un tipo singular, según se desprende de esta entrevista ) y Dave Garcia, principales progenitores de la criatura, son dos auténticos maníacos del Metal, y nos lo demuestran sin ningún complejo a lo largo de todo el álbum.
Todos los temas siguen una linea muy similar, no bajan ni la velocidad (no excesiva, pero sí suficiente) ni la intensidad (devastadora) por un momento.
Ni un medio tiempo, ni por supuesto nada de 'baladitas'.
Solamente trallazo tras trallazo, machacando cuellos sin descanso ni piedad.
Esto puede ser un arma de doble filo. Por un lado, satisface tu sed de Metal seguro, por otro, puede llegar a hartar, a saturar. Puede echarse en falta algo más de variedad. Aunque pesa más la primera opción, dado que los temas no son simples composiciones 'stándar' de tres minutillos, sino que son temas trabajados, bien desarrollados, superando en casi todos los casos los 5 minutos de duración.
De ahí la 'densidad' de la que hablaba antes. Mucha chicha. Mucho material.
Riffs acorazados, dobles guitarras y base rítmica correosa, para que la portentosa voz de Peck planee y haga sus acrobacias bien arropado.
Por cierto, con la participación inestimable de Anthony Wayne McGinnis a la 'otra' guitarra, Michael Giordano al bajo y Mikey Niel a los parches.
Una verdadera orgía metalera.
Todo el mundo habla de Judas Priest como punto de comparación, y sí, puede ser una obviedad, pero en el título de la última canción tenéis una pista de otra de las principales influencias de esta gente a la hora de hacer música, incluido lo de los discos conceptuales...
Por cierto, ese tema es un bonus para la edición europea.
De postre, para reventar.
Si llegas vivo y antes no has perecido de una sobredosis de Metal.
https://www.metal-archives.com/albums/Cage/Hell_Destroyer/148410
http://depositfiles.com/files/grut18k0o
https://yadi.sk/d/1NqUoi7_MPk_KQ
https://icedrive.net/0/31ePAFRTaV
La primera palabra que me vino a la mente tras escucharlo fue 'denso'.
Confieso que hasta para un 'metalhead' curtido en mil batallas como este que escribe, digerir 'Hell Destroyer' de una sentada es una tarea muy ardua. Heavy Metal de cuero y tachas de principio a fin. 21 temas nada menos, aunque en realidad se quedan en 14, ya que el resto son interludios narrativos ideados para dar continuidad a la historia.
Lo que nos sucede a los hispanohablantes, o al menos a los que no tenemos el inglés como lengua nativa, es que solemos, naturalmente, dar menos importancia a las letras que a la música ya que no entendemos un carajo.
Pero con 'Hell Destroyer', eso carece de importancia, pues está concebido de tal manera que se pueden escuchar los temas sueltos, individualmente, sin perder un ápice de sentido, o bien cogerte las letras y escucharlo de una tirada siguiendo la trama.
En todo caso, se trata de una obra realmente majestuosa en toda su grandeza.
Sean Peck (un tipo singular, según se desprende de esta entrevista ) y Dave Garcia, principales progenitores de la criatura, son dos auténticos maníacos del Metal, y nos lo demuestran sin ningún complejo a lo largo de todo el álbum.
Todos los temas siguen una linea muy similar, no bajan ni la velocidad (no excesiva, pero sí suficiente) ni la intensidad (devastadora) por un momento.
Ni un medio tiempo, ni por supuesto nada de 'baladitas'.
Solamente trallazo tras trallazo, machacando cuellos sin descanso ni piedad.
Esto puede ser un arma de doble filo. Por un lado, satisface tu sed de Metal seguro, por otro, puede llegar a hartar, a saturar. Puede echarse en falta algo más de variedad. Aunque pesa más la primera opción, dado que los temas no son simples composiciones 'stándar' de tres minutillos, sino que son temas trabajados, bien desarrollados, superando en casi todos los casos los 5 minutos de duración.
De ahí la 'densidad' de la que hablaba antes. Mucha chicha. Mucho material.
Riffs acorazados, dobles guitarras y base rítmica correosa, para que la portentosa voz de Peck planee y haga sus acrobacias bien arropado.
Por cierto, con la participación inestimable de Anthony Wayne McGinnis a la 'otra' guitarra, Michael Giordano al bajo y Mikey Niel a los parches.
Una verdadera orgía metalera.
Todo el mundo habla de Judas Priest como punto de comparación, y sí, puede ser una obviedad, pero en el título de la última canción tenéis una pista de otra de las principales influencias de esta gente a la hora de hacer música, incluido lo de los discos conceptuales...
Por cierto, ese tema es un bonus para la edición europea.
De postre, para reventar.
Si llegas vivo y antes no has perecido de una sobredosis de Metal.
https://www.metal-archives.com/albums/Cage/Hell_Destroyer/148410
http://depositfiles.com/files/grut18k0o
https://yadi.sk/d/1NqUoi7_MPk_KQ
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