KILLERS - ...FILS DE LA HAINE (1985)

Siempre me ha resultado curioso el hecho de la escasez de bandas de Heavy Metal, en todas sus variantes, (en comparación con Alemania, Reino Unido, Suecia, o incluso Países Bajos), que sufrían o sufren nuestros vecinos franceses. Sin ahondar en el asunto ni sus causas, lo que sí podemos asegurar es que Killers cuentan como diez o doce grupos de los 'normales', con lo cual equilibran algo la balanza ellos solitos. Sus 17 hijos biológicos (sus discos de estudio publicados hasta la fecha) y otros 5 o 6 adoptados (los directos) compensan esa deficiencia. Se salen de la media de largo.

En 1982, el por entonces guitarrista (ahora guitarrista y vocalista) Bruno Dolheguy y el cantante Patrick Le Calvez deciden cambiar el nombre de su grupo de versiones, 'Genocide', (influencia directa del tema de Judas Priest), por el de Killers y comenzar a componer sus propias canciones. Tras registrar un par de demos en 1984, el proyecto ve cuajando y evolucionando hasta que finalmente ambos deciden lanzarse a la producción de un álbum completo que nació en 1985 bajo el nombre de "...Fils De La Haine" (Hijos Del Odio), junto a Didier Deboffe a la guitarra solista, Pierre Paul al bajo y Michel Camiade a la batería. Aunque esto último es lo de menos dado que Dolheguy es actualmente el único superviviente de esa temprana formación, y, dada su longevidad, por Killers han pasado más músicos que mangantes por el congreso de los diputados ( o casi)

Como buen estreno, con una media de edad entre los 5 componentes de 21 añitos, es un disco de una espontaneidad total. Desde el primer acorde del tema-título, este trabajo está claramente enfocado a la acción directa, van directos a la yugular, dejando salir las ideas en una estampida sonora inmisericorde, ideas que se unen lo mejor que pueden imbuidas como están de una energía desenfrenada. Y eso que la mitad de los títulos ya estaban incluidos en las demos anteriormente citadas y habían sido perfeccionados en muchos conciertos.

Sin duda, el rollo de estos cinco franceses es el sonido áspero y la apariencia muy cruda de las composiciones, incluso para los estándares de la época. Speed Metal

rugoso y zarrapastroso que bordea los límites del thrash más primitivo y agreste o incluso el punk-rock más elemental ('Pense á Ton Suicide', 'Mercenaire').

No hay mucho espacio para adornos y florituras. Killers no se andan con rodeos a la hora de ofrecer agresividad, velocidad e intensidad sin molestarse en tomar desvíos. Los riffs están a un ritmo infernal, los tempos muy rápidos y el sonido general (voces y guitarras) es natural y descarnado. Sin embargo, en este diluvio de agresión hay un par de momentos más 'distendidos', con 'Rosalind', tema peculiar y de cuya letra está extraído el párrafo que figura en la portada, o 'Au Nom Du Rock 'n' Roll', en los que el grupo es un poco más sutil.

Este primer álbum fue una introducción más que convincente para el grupo. El primer paso de un largo viaje por el vasto territorio del Metal. Y aunque ha llovido mucho desde su publicación, resulta refrescante y grato comprobar que '...Fils De La Haine' sigue conservando intacta toda la energía y contundencia con que fue parido.

¿Quién dijo que en tierras galas no había buen Heavy Metal?. 

... 'que la mano de Dios caiga sobre ti...'

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