Para muchos fans de Deep Purple, Ritchie Blackmore era la esencia de esa banda. Este sentimiento se reforzó después del deslucido tour británico de aquellos con su sustituto, Tommy Bolin. Los conciertos de Rainbow fueron entonces ansiosamente esperados, y la gente estaba deseosa de ver lo que podía esperarse de ellos.
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Su fe fue ampliamente recompensada. El control total sobre la música de Blackmore le dio una libertad en el escenario que nunca había tenido antes, y, aunque manteniendo un 'set list' fijo, fue capaz de desarrollar y cambiar las estructuras de las canciones a su antojo. El resultado neto fue el de una forma de tocar la guitarra que alcanzó nuevas alturas, con solos extendidos o reducidos según su estado de ánimo, recorriendo un espectro de emociones que iba desde las suaves carreras por el mástil hasta los riffs más pesados. En muchos conciertos, la audiencia era reducida a un silencio absoluto, donde se podría haber escuchado la caída de un alfiler, mientras Blackmore alcanzaba nuevos límites durante 'Cath The Rainbow'...
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