Tras publicar "Fireworks" en 1998, su trabajo más "heavy", tres de los cinco miembros de la banda deciden abandonar el proyecto. Por lo tanto, los dos guitarristas, Rafael Bittencourt y Kiko Loureiro, se quedan solos. Tres años después, se produce el "renacer", como llamaron a este su cuarto larga duración. Título muy intencionado y significativo, pues se inauguraba una nueva etapa en la vida de la banda. Con Eduardo Falaschi sustituyendo a Andre Matos a la voz, Felipe Andreoli por Luis Mariutti al bajo y Aquiles Priester por Ricardo Confessori en la batería. Un disco lleno de energía, fantásticas composiciones con su sello personal , combinando elementos del metal clásico, progresivo y un toque étnico de su Brasil natal, una formula mágica que les funciona de maravilla. El resultado no pudo ser mejor, y los que pensaban que Angra acabó tras "Fireworks" vieron que estaban muy equivocados. Como el ave fénix, Angra renació, y más fuerte y poderoso aún que antes. Magnífico disco 100% recomendable.
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