Eidolon fue la banda que formaron los hermanos Drover y que se mantuvo en activo entre los años 1993 y 2007, publicando en ese tiempo 7 L.P'S, siendo este 'Nightmare World' el tercero de ellos, y, a juicio de la mayoría de fans y prensa especializada, el mejor de todos.
Posiblemente lo sea, argumentos no le faltan y además no he escuchado toda su discografía.
Aunque comercialmente todos los discos de Eidolon fueron 'poco exitosos', la verdad es que calidad no les faltaba.
El hecho de que fuese una banda 'de estudio', es decir, que no realizase giras y muy pocos o ningún recital en directo con toda seguridad también contribuyó a la defunción del proyecto. Pero Eidolon sirvió como escaparate para que esos dos genios, tanto Shawn como Glen Drover, hiciesen llegar su talento a unas audiencias mucho más numerosas al fichar por bandas como Megadeth o King Diamond.
Lo cierto y verdad es que 'Nightmare World' es un muy buen disco en el que destaca muy por encima de todo lo demás la portentosa maestría a las seis cuerdas.
Guitarrista versátil y de técnica impoluta, Glen toca casi todos los palos, repartiendo crujientes y acerados riffs a diestro y siniestro, gustándose en los virtuosos solos y demostrando por qué es muy capaz de tocar en bandas de primer nivel.
Metal de gran pureza, que abarca desde el thrash hasta lo progresivo pasando por el coqueteo con el Doom en el tema 'Repulsion', algún tema de estribillo más melódico como en 'Lunar Mission', el denso telón de acero que es 'Fortress Of Red', etc. etc; Eidolon despliegan todo un arsenal de potentes canciones, haciendo gala de innumerables recursos para conformar un trabajo variado y vigoroso que no dejará insatisfecho a ningún aficionado al buen Metal.
Desde la embestida que abre y da título al disco hasta el cierre con ese descomunal temazo de 13 minutazos que es 'Dreamscape', pasando por una instrumental acústica, 'Majestic Interlude'...; riff tras riff Eidolon nos sumergen en ese 'mundo de pesadilla', con una producción nítida y sencilla que otorga a las guitarras un sonido realmente estremecedor, poderoso y pleno de energía y distorsión, sin artificios innecesarios, con todos los temas bien trabajados hasta el más mínimo detalle, incluso la portada... Heavy Metal en estado puro.
Por cierto, mencionar también a los otros dos miembros, imprescindibles: Adrian Robicheaud al bajo y Brian Soulard a las voces, ambos cumpliendo su papel con discrección pero con solvencia y oficio.
Sin duda, un trabajo muy completo, una buena dosis de puro Metal. En vena.
Bendita pesadilla.
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