5 de agosto de 2020

CAULDRON BORN - ...AND ROME SHALL FALL (2002)



                                                                                                                                                                                  

¿Sería este el disco que escucharía hoy día Kull, el Rey Bárbaro, en su dispositivo multimedia (cualquiera que sea éste) mientras practica en el gym destrozando a hachazos unas cuantas sandías y calabazas?. Yo apostaría mi brazo (izquierdo por si las moscas, vaya a ser que le de por el reggaeton...) a que sí. 
Porque la segunda oferta de Cauldron Born lleva el sello inconfundible y único del Maestro supremo           Howie Bentley aunque para '... And Rome Shall Fall' éste optó por un estilo algo más directo de componer los temas.      
'... And Rome Shall Fall' difiere en varios aspectos importantes de su anterior trabajo. Es más directo y dinámico en casi todos los aspectos, desde las estructuras de las canciones hasta los ritmos y los riffs y las melodías vocales (a cargo aquí de David Loudon, único cambio en la formación en relación al anterior trabajo), simplificadas de alguna manera para obtener un sonido más pegadizo y accesible.                                                           Eso puede sonar negativo, pero 'más accesible y menos complejo' es mejor que 'realmente inaccesible y jodidamente complejo'.  Las canciones están depuradas y pulidas para dejar sólo el músculo 'pelao'.
                                    0 grasas.                                                  Aunque evidentemente las similitudes con el maravilloso debut de 1997  'Born Of The Cauldron' son inevitables, aquí los temas son menos arcanos, menos disonantes, podríamos decir que menos 'progresivos', pero, por contra, son más orgánicos, más 'reales', poseen ese ímpetu y ese brío que da el despojarse de algún adorno innecesario y futil.  
 En consecuencia, yo diría que este es un álbum más Heavy. 
Más Heavy significa aquí que el Señor Bentley es una bestia parda a la hora de componer, tanto la música como los textos. 
Distorsión a raudales, elegancia neoclásica, riffs acojonantes y solos cojonudos muy al estilo Yngwie, con una producción barata y sencilla, y que sinceramente podría haber mejorado el sonido de la batería. 
Crónicas de épicas batallas libradas en fantásticos mundos, gente despanzurrada en el campo de batalla, olor a sangre y fuego en el aire,,, 
Sólo mirando la portada se puede percibir el imponente estropicio que se avecina. 
Todo eso sin necesidad de recurrir a ningún tipo de artificio infantiloide ni truco tecnológico.
 A hachazo limpio.
 Sí señor. 
Formidable banda, un disco Bárbaro...











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