El primer álbum de esta banda formada por el inquieto King Fowley, vocalista y batería, quien también forma parte de Deceased, banda de culto en la escena thrash - death. Es por tanto como un proyecto paralelo en el que Fowley muestra su faceta más enfocada en el Metal tradicional, de influencias tipo Maiden, Judas, NWOBHM, pero con un toque más ominoso y salvaje.
En el momento de grabar este álbum la formación se había quedado en trío, con las tareas guitarreras a cargo de Brian Williams y con Jim Hunter al bajo. Un disco muy atractivo sobre todo por el sonido y el estilo: áspero, fiero y crudo como un bistec vuelta y vuelta. Un disco de esos que rezuman sudor y adrenalina, como está mandado. Producción la justa para distinguir los instrumentos con sonido óptimo, riffs a porrillo, velocidad, cambios de ritmo, épica y textos que podrían haber sido escritos por Poe, una versión de una oscura banda canadiense (Witchkiller), una instrumental electrificante, etc etc, con sabor a solera, a tradición pura y genuina. Una mezcla la mar de seductora y apetitosa para todo Headbanger. Otra gema oculta en las catacumbas del Metal, dispuesta a partirte el cuello sin piedad.
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