Este fue el estreno de la banda sueca liderada por el guitarrista Christer Andersson. A través de estas dos décadas de existencia, la banda ha ido mutando no sólo en los músicos que han pasado por ella, sino en su estilo musical.
Comenzaron practicando un Metal bastante elaborado y progresivo (este es el caso que nos ocupa), para ir evolucionando hacia un Power Metal menos técnico, más agresivo, directo y 'sencillo'. Tanto en un caso como en otro, lo que Tad Morose hacen lo hacen realmente bien. Destaca en este disco la labor del teclista Fredrik Eriksson, creando imponentes atmósferas, arropados por una muy brillante e imaginativa base rítmica (característica habitual en este estilo progresivo), y, cómo no, las guitarras de Andersson, que se marca unos solos verdaderamente geniales. Una banda que no es precisamente muy prolífica, pues entre álbum y álbum suelen pasar años, pero que son habituales en los grandes escenarios de Europa, y que además nacieron y sobrevivieron en la difícil década de los noventa, y siguen vivos hoy día, lo cual tiene mucho mérito. Buen disco, buena banda, estos suecos nunca decepcionan.
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