El segundo trabajo de Iced Earth es un álbum conceptual con una línea mística, una historia horrible. Narra la trayectoria de un hombre que es traicionado por la religión y se aparta de ella con ira. Las fuerzas oscuras de la naturaleza poseen a este hombre enfurecido y es usado como medio para traer muerte y destrucción a la tierra.
A pesar de todo, él no siente ningún remordimiento por sus actos, y al llegar al final, aturdido, acepta su destino de la eternidad en el infierno. Musicalmente, la banda eligió a un nuevo cantante (John Greely) y baterista para este álbum (Richey Secchiari). La voz es una mejora definitiva con respecto al debut, que va desde un rugido poderoso a un grito al estilo de Halford. Es dificil describir la amplia gama de sentimientos en este álbum. Hay algunos teclados de fondo, algunas partes corales, y un outro de piano memorable, todo lo cual aumenta el tono oscuro. También hay varios pasajes acústicos excelentes perfectamente entretejidos con los riffs de guitarra. La música enlaza perfectamente con la historia, magnificando el odio, la alegría maníaca, confusión y tristeza presente en las letras. Después de escuchar esta obra maestra musical, uno no puede evitar sentir algo de la tristeza y la culpa que el jinete de la tormenta era incapaz de sentir por sí mismo.*
A pesar de todo, él no siente ningún remordimiento por sus actos, y al llegar al final, aturdido, acepta su destino de la eternidad en el infierno. Musicalmente, la banda eligió a un nuevo cantante (John Greely) y baterista para este álbum (Richey Secchiari). La voz es una mejora definitiva con respecto al debut, que va desde un rugido poderoso a un grito al estilo de Halford. Es dificil describir la amplia gama de sentimientos en este álbum. Hay algunos teclados de fondo, algunas partes corales, y un outro de piano memorable, todo lo cual aumenta el tono oscuro. También hay varios pasajes acústicos excelentes perfectamente entretejidos con los riffs de guitarra. La música enlaza perfectamente con la historia, magnificando el odio, la alegría maníaca, confusión y tristeza presente en las letras. Después de escuchar esta obra maestra musical, uno no puede evitar sentir algo de la tristeza y la culpa que el jinete de la tormenta era incapaz de sentir por sí mismo.*
